Matamundos: individuo o grupo de la especie humana, responsable de hacer, de forma consciente o no, cualquier tipo de daño excesivo a la naturaleza y/o el medio ambiente como fruto directo de su actividad, comportamiento y/o su estupidez total.
Esta
definición tan directa y poco complaciente es la escogida por Anthony
Garner (ANT) para ilustrar el concepto de matamundos, el eje principal de la obra del mismo título
recientemente publicada por Akal. A través de más de 150
viñetas, el autor trata de mostrarnos que nuestra manera de vivir ha caducado y
que, si queremos sobrevivir como especie en este planeta, debemos cambiar la
manera de hacer las cosas.
Aunque
Matamundos sea el primer libro
publicado por Garner, no quiere decir
que sea una ópera prima. El artista, de origen británico aunque afincado desde
hace ya muchos años en Barcelona, tiene a sus espaldas una dilatada carrera
como redactor, ilustrador, caricaturista y periodista gráfico en diversos
medios, siendo el actual responsable de la viñeta diaria de El Periódico y de otras semanales para El Jueves.
La
obra está estructurada en cuatro bloques temáticos. El primero, El
efecto Matamundos (sólo acaba de empezar), se plantea como una
introducción a la situación global que estamos viviendo a través de situaciones
que, aunque conocidas y cotidianas, muestran el maltrecho estado en el que
estamos dejando nuestro planeta.
El
segundo bloque, Matamundos S.A. (el negocio sucio), pone rostro al enemigo: los
omnipresentes mercados que a través de relaciones mercantiles abusivas y una
implacable globalización no tienen ningún problema en explotar los recursos
naturales en busca del enriquecimiento rápido. Un negocio del que somos
cómplices necesarios para mantener los estilos de vida a los que estamos
acostumbrados.
El
tercero, Matamundos, ¡a matar!, pone el foco en el mundo de los
animales, sin duda uno de los grandes damnificados de la espiral de destrucción
que mueve el motor del mundo desarrollado. Caza mayor, explotación para la
industria alimentaria, turismo descontrolado y tauromaquia son algunos de los
asuntos hacia los que Garner dirige nuestra mirada cuestionando si el
sufrimiento animal está realmente justificado.
Matamundos termina con Acto final (ser o no ser),
un pequeño resúmen de la situación actual en el que, tal vez por primera vez en
todo el libro, el autor se permite un pequeño rayo de esperanza cuando a la
extensa galería de villanos personalizados en orondos empresarios con chistera
y puro o reconocibles figuras de la actualidad política como Donald Trump o Jair Bolsonaro, se empiezan a sumar algunos héroes como Greta Thunberg o, incluso, el propio
lector en cuya mano está empezar a trabajar para cambiar esta tendencia.
Aunque
cada uno de los bloques tiene una temática diferenciada, todos ellos mantienen
una unidad estructural y artística en torno a una hipotética conversación entre
el propio autor y el señor Matamundos, en color rojo, esa
persona que todos tenemos cerca y que duda sistemáticamente del cambio
climático y de la importancia del cuidado del medio ambiente.
Un
diálogo, escaso en palabras, que no es sino la excusa para mostrarnos las
viñetas e ilustraciones de Garner,
las auténticas protagonistas de la obra. Algunas originales, otras previamente
publicadas en El Periódico o en El Jueves, todas ellas pretenden a través de su
trazo grueso y su escasa sutilidad, golpear
con fuerza al lector, ser una bofetada que le haga despertar de su letargo
y ganar consciencia de que la llave para que este mundo no se vaya
definitivamente a la mierda está en nuestras manos.
La
excelente edición en cartoné y papel de alto gramaje publicada por Akal incluye, además de una pequeña
introducción del propio autor, un interesante prólogo de Maxwell Boykoff (profesor de Asuntos Ambientales en la Universidad
de Boulder) que ayuda a poner en contexto el contenido de la obra. Es relevante
destacar que, en un ejercicio de coherencia por parte del editor, el libro ha
sido impreso en papel ecológico
proveniente de una gestión forestal sostenible.
Cambio
climático, destrucción del mundo natural, contaminación, corrupción política e
institucional… grandes temas relacionados con la actividad humana y sus
consecuencias. Temas muy serios a los que, precisamente por su seriedad, les
sienta estupendamente verse ilustrados
desde el humor y la ironía para llegar más fácilmente al gran público y
provocar su reacción. Como indica el propio autor: ha llegado el momento de pasar página y de cambiar nuestra manera de
vivir.
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